Y si dejamos
¿Y si dejamos de ponerle nombre a las cosas, los hechos, las situaciones? ¿No tendrá la vida otro tinte? En el carmesí brillante vive la rosa y el tulipán, pero también la sangre. En el oscuro azul los peces se mueven con o sin luz, y en el oscuro azul persisten incendiadas las estrellas. En el verde respiran las plantas rebosantes de savia pero también las ranas y las iguanas. Puedo fijarme en el rojo, el azul o el verde, o puedo llamar a las cosas con un corriente nombre. Desplegar la paleta de vivos o tenues tonos y dejar que la Vida pinte a su antojo, sin condiciones.