Si...
Si pudiéramos entendernos desde nuestras diferencias en lugar de regodearnos cada uno en nuestro ego. Si escucharamos los ritmos esos que van distintos y le agregaramos letra para poder entonarlos. Si hiciéramos como los pájaros cada uno con su trino en perfecta sinfonía. El mundo sería una fiesta de amalgamados colores y armonizados sonidos de la diversidad nacidos.