Cuando el día se acaba
y la noche canta su gloria,
agonizantes los minutos
se estiran en un verso
y en su afán de perpetuarse
se imprimen en la página
con la loca ilusión
de ser eternos.
Aunque no pueda
guardar este instante,
quedará para siempre
en mí el verso
como copia fiel
de la dulzura
que vos a mi tiempo
le estampaste.
y la noche canta su gloria,
agonizantes los minutos
se estiran en un verso
y en su afán de perpetuarse
se imprimen en la página
con la loca ilusión
de ser eternos.
Aunque no pueda
guardar este instante,
quedará para siempre
en mí el verso
como copia fiel
de la dulzura
que vos a mi tiempo
le estampaste.
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