¡Cómo queda la ciencia
callada y vetusta,
muda y ausente
cuando abrazadora
e imparable la muerte
viene a buscarnos!

¡Imposible luchar
contra la fuerza arrolladora
de la Vida, que dice cuándo
viene y cuándo se va!

En un suspiro el alma vira,
indómita vertiente de luz
que se escabulle,
segura y esquiva
hacia la gran Luz.


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